domingo, 10 de febrero de 2019

Mara y la cueva de los bretones

Un día tranquilo, en mi opinión, hasta que salí al campo con Sofía y Celia. No es que fuera el mejor día de mi vida. Lo siento, no me he presentado, soy Mara y algunos creo que me conoceréis, si es así, mejor.
De lo que estaba hablando era de el otro día, cuando iba corriendo libremente por el campo hasta que perdí de vista a mis dueñas Sofía y su madre Celia. La verdad me asusté mucho, pero que mucho y empecé a ladrar, aunque en vano. Comencé a caminar y no paré hasta que anocheció, cuando de repente vi una oscura cueva donde decidí pasar la noche.
Me disponía a entrar, pero oí un ladrido, un ladrido igual al mío. Aunque eso no me detuvo, avancé en la cueva, triste por no estar en casa y entonces... ¡¡¡¡Vi un montón de pequeños perros bretones como yo rodeándome!!!! 
Todos se acercaban y me olían, en ese momento me pregunté que hacían allí todos ellos juntos sin nadie.
-Nacimos aquí-, me dijo el que parecía el más mayor, yo por mi parte les conté mi aventura. Después, todos dormíamos acurrucados unos contra otros. Por la mañana ya no me encontraba allí, sino en mi camita de casa. Ángel llegó y me comentó, -Menuda siesta te has echado, Mara, ya pensábamos que no ibas a despertar. 🐕🐕🐕





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