Movía el lápiz armónicamente, con una belleza brutal.
Lo movía en ese papel quebrado que sería una carta escondida.
Unas palabras entrañables viajando por la calle helada.
El aliento se congela. Pero eso no impide que el sobre caiga en el buzón.
Un buzón que esperaba eso, comer frases y frases.
Aun así, la carta no era alegre, no lo era.
Porque el mundo está lleno. ¿Qué digo?¡Repleto! de secretos.
De dolorosas y tristes mentiras.
De ira y rabia guardadas bajo llave.
Secretos que a veces no caben uno mismo.
Secretos vacíos. Incontables tesoros con bombas en su interior.
Secretos que se cuentan de oreja a oreja.
Secretos que hieren.
Secretos que te alejan.
Secretos como balas, que te matan al momento y no te da tiempo a ver el disparo.
Secretos ocultos en las profundidades de las entrañas.
Secretos buenos o malos.
Secretos que saltan al acantilado para no seguir viendo.
Secretos descubiertos por gaviotas que recorren las playas.
Secretos que buscan sin descanso un dueño al que atormentar el resto de su vida.
Secretos que han sido gritados en la arena y después han crecido como cañas.
Cosas que solamente no se pueden saber, pero eso no hace que haya gente que no las sepa. Qué no las sufra, que no las entierre en una tumba que se volverá a abrir tarde o temprano.
Hay secretos encontrados por la luna a altas horas de la madrugada.
Secretos que vagaban por barrios en los que no se veían las estrellas.
Secretos a campo abierto correteando por ahí como si no hubiera un mañana.
Abandonados, los secretos están olvidados entre los escombros de mi hoguera.
Ellos son los hijos del destino
y los que acaban siendo adoptados por el infinito.
Q bonito Luz!! ❤️❤️
ResponderEliminar¡Me encanta! 🥰🥰
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue bonito, Lucía!!
ResponderEliminarEs precioso!! No dejes nunca de escribir.
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