¡Queridísimos lectores! ¡No os imagináis lo feliz que estoy escribiendo este post! Este es nuestro post número 100 y estoy suuuuuupercontenta de haber llegado hasta esta entrada compartiendo con todos vosotros mi amor por la literatura. Hoy con motivo de las 100 entradas quiero contaros como empezó todo y como he llegado hasta aquí.
Bien, todo comenzó con... concretamente, un libro, ¿curioso eh? Cuando tenía nueve años, estaba leyendo un libro en el que una niña tenía un blog en el que contaba historias que le pasaban y escribía a menudo, pero entonces, mi madre me llamó para comer. Mientras bajaba las escaleras pensé que no era mala idea la de crear un blog, pero... ¿sobre qué? La respuesta apareció a mi mente de manera automática, sobre libros, así que fui maquinando la idea en mi cabeza.
Al acabar de comer, le planteé la idea a mis padres y a ellos les pareció ¡fantástica! Mi padre dijo que al acabar de recoger crearíamos el blog y yo escribiría mi primera entrada.
Cuando llegó el momento estaba muy emocionada, pero tendría que centrarme para elegir el nombre del blog, pensamos mil nombres pero todos estaban ya cogidos. Pero de pronto mi madre dijo "Los libros mágicos de Lucía", ese nombre me pareció ideal, así que ya tenía el nombre. Después creamos el diseño y todo lo demás y, finalmente escribí mi primera entrada, que para mi sorpresa, obtuvo 157 visitas.
Poco a poco fui escribiendo más entradas y recomendaciones, hasta que me di cuenta de que no solo podía escribir sobre libros, sino también sobre poesías, relatos, colecciones... También adquirí conocimientos sobre como mejorar el diseño del blog y otros apartados, y así es que como ha quedado todo. Hace poco empecé el proyecto de "El Post del Lector" y estoy muy orgullosa de él.
Todavía hoy estoy pensando en cosas creativas e innovadoras para que disfrutéis, porque yo empecé con una ilusión: que a todo el mundo le acabase gustando la lectura tanto como a mí, y creo que poco a poco lo voy consiguiendo. Y simplemente soy feliz con que me leáis, no perdáis nunca la ilusión en las cosas que os gustan, es mi gran consejo. Un beso para tod@s y... ¡Hasta la próxima!
sábado, 23 de noviembre de 2019
martes, 19 de noviembre de 2019
SIN LÍMITES
SIN LÍMITES
Hay personas que me dicen que no
puedo
Hay personas que me dicen que no
quiero
Pero yo no hago caso, yo sigo en el
intento
Cuando me dicen todo eso
Yo no me entretengo
Yo les dejo claro que soy lo que yo
siento
Que no quiero tus engaños
Quiero que me des el reconocimiento
que he ganado
Cada día con mi esfuerzo
Y mi duro trabajo
Consigo lo que yo quiero
martes, 12 de noviembre de 2019
El diario de Greg
Holaaaa queridos lectores, hoy traigo recomendación de ¡una serie de libros super divertida! La recomendé ya en una entrada, pero solo por encima, en la entrada de Seis libros que hay que leer antes de los 14 años. Bueno, vamos al grano, la colección se titula "El diario de Greg" y trata sobre las aventuras y el día a día de un chico de secundaria que vive con sus padres y con sus dos hermanos, Many y Rodrick.
El primer libro de la serie se titula "Un pringao total" en el que Greg nos cuenta como entra en la secundaria con su mejor amigo Rowley y como quiere destacar entre todos los alumnos.
El último libro que se ha sacado de esta colección es el catorce "Arrasa con todo", tengo muchas ganas de leerlo.
Os recomiendo esta serie de libros un montón, sobre todo a los niños y niñas que no les gusta tanto leer porque con esta serie se engancharán y se reirán a carcajadas.
Por cierto, si os fijáis ya llevamos casi 100 entradas... Muy pronto llegaremos al gran número de tres cifras.
Buen día y... Hasta la proxima.
El primer libro de la serie se titula "Un pringao total" en el que Greg nos cuenta como entra en la secundaria con su mejor amigo Rowley y como quiere destacar entre todos los alumnos.
El último libro que se ha sacado de esta colección es el catorce "Arrasa con todo", tengo muchas ganas de leerlo.
Os recomiendo esta serie de libros un montón, sobre todo a los niños y niñas que no les gusta tanto leer porque con esta serie se engancharán y se reirán a carcajadas.
Por cierto, si os fijáis ya llevamos casi 100 entradas... Muy pronto llegaremos al gran número de tres cifras.
Buen día y... Hasta la proxima.
martes, 5 de noviembre de 2019
La simple vida de un muñeco
¡Queridos lectores! Hoy traigo un relato corto un tanto peculiar, porque trata sobre la simple vida de un muñeco. Pero antes de que lo leáis, me gustaría recordaos que ya podéis votar para la entrada de fin de mes de noviembre en "El post del lector" Como siempre id a su apartado en el menú y votad. Y nada, ¡qué espero que os guste el relato!
La simple vida de un muñeco
Nací en una de las muchas fábricas del mundo, me hicieron de tela y trapo y soy pequeño como un bebé. Mi camiseta es amarilla, mis pantalones azules y tengo una sonrisa de oreja a oreja. El comienzo de mi vida transcurrió en una tiendecita para bebés y niños pequeños, hasta que una mujer joven y alegre se acercó a mí con gesto decidido e hizo un ademán de a la dependienta indicando que me escogía. ¡Qué alegría sentía! Pero no me gustó tanto cuando me envolvieron junto a otra caja. Pasé así un tiempo que mi mente no contó, hasta que, vi la luz, un adulto desprendía de mi menudo cuerpo el incómodo papel. Y entonces lo vi, o mejor dicho, la vi, una preciosa bebé dormía plácidamente entre los brazos de su madre.
Unos años después yo me encontraba con la bebé que ahora tenía cinco años en nuestra casa. Ella me sacudía y me movía, me bañaba y me vestía, pero sobre todo me hacía feliz.
Nos fuimos de vacaciones a Los Montes de León y, por supuesto, Gaia, la niña, me llevó. Llevábamos tres hermosos días allí cuando nos fuimos a un pueblecito de la montaña para hacer turismo, comimos (mejor dicho comieron) en un bar de la zona y dimos una vuelta por el pueblo. Y dando la vuelta estábamos cuando Gaia dijo algo a su padre:
-Papá, papá, ¿me llevas a Donald por favor? Es que me canso mucho.
-Vale hija, lo meto en el bolso.-respondió amablemente su padre.
Su padre lo hizo tal cuál, pero a los cinco minutos, me caí sobre la acera,¡y nadie se dio cuenta! Pensé que era mi fin, que no volvería a verlos y, para colmo no podía moverme mientras pasara gente por la calle. Así que, en cuanto la calle quedó desierta, yo eché a andar en la dirección de mi familia.
Entre tanto, ellos se habían dado cuenta de mi ausencia y estaban deshaciendo el camino hecho. Así que, de pronto, vi unas figuras corriendo de lejos y entregué al suelo, cuando llegaron a mí, Gaia estaba llorando y me abrazó tan fuerte que pensé que me descosería.
Ahora han pasado seis años y me sigo alegrando de que me encontrase.
La simple vida de un muñeco
Nací en una de las muchas fábricas del mundo, me hicieron de tela y trapo y soy pequeño como un bebé. Mi camiseta es amarilla, mis pantalones azules y tengo una sonrisa de oreja a oreja. El comienzo de mi vida transcurrió en una tiendecita para bebés y niños pequeños, hasta que una mujer joven y alegre se acercó a mí con gesto decidido e hizo un ademán de a la dependienta indicando que me escogía. ¡Qué alegría sentía! Pero no me gustó tanto cuando me envolvieron junto a otra caja. Pasé así un tiempo que mi mente no contó, hasta que, vi la luz, un adulto desprendía de mi menudo cuerpo el incómodo papel. Y entonces lo vi, o mejor dicho, la vi, una preciosa bebé dormía plácidamente entre los brazos de su madre.
Unos años después yo me encontraba con la bebé que ahora tenía cinco años en nuestra casa. Ella me sacudía y me movía, me bañaba y me vestía, pero sobre todo me hacía feliz.
Nos fuimos de vacaciones a Los Montes de León y, por supuesto, Gaia, la niña, me llevó. Llevábamos tres hermosos días allí cuando nos fuimos a un pueblecito de la montaña para hacer turismo, comimos (mejor dicho comieron) en un bar de la zona y dimos una vuelta por el pueblo. Y dando la vuelta estábamos cuando Gaia dijo algo a su padre:
-Papá, papá, ¿me llevas a Donald por favor? Es que me canso mucho.
-Vale hija, lo meto en el bolso.-respondió amablemente su padre.
Su padre lo hizo tal cuál, pero a los cinco minutos, me caí sobre la acera,¡y nadie se dio cuenta! Pensé que era mi fin, que no volvería a verlos y, para colmo no podía moverme mientras pasara gente por la calle. Así que, en cuanto la calle quedó desierta, yo eché a andar en la dirección de mi familia.
Entre tanto, ellos se habían dado cuenta de mi ausencia y estaban deshaciendo el camino hecho. Así que, de pronto, vi unas figuras corriendo de lejos y entregué al suelo, cuando llegaron a mí, Gaia estaba llorando y me abrazó tan fuerte que pensé que me descosería.
Ahora han pasado seis años y me sigo alegrando de que me encontrase.
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