Esta vez el cuento se titula, "Mara y Sofía en la aventura de sus vidas". Para quién no conozca a Mara, es una valiosa perra, que el año pasado relató "Una perra llamada Mara", también está colgado en el blog, si no lo habéis leído, pinchad aquí y lo podréis leer.
Os lo he traído su continuación, por entrada especial del día del libro, ¡espero que os guste tanto como a mí!
MARA Y SOFÍA EN LA AVENTURA DE SUS VIDAS
PARA LAS VERDADERAS
MARA Y SOFÍA
CAPÍTULO 1:
Un extraño descubrimiento
Mara y su
familia estaban bajando del coche para asistir a la Feria Medieval de Astorga,
que se encontraba a apenas unos metros de ellos.
Algunos ya
conoceréis a Mara, una perra fantástica, ya que el año pasado relató “Una
perra llamada Mara”.
Como iba
diciendo, avanzaron hasta la Feria Medieval, donde había puestos de todo tipo,
desde espadas de madera hasta armaduras de metal. También había gente
disfrazada por todas partes, algunos de caballeros, otros de reyes y reinas,
había hasta personas disfrazadas de plebeyos y de caballos.
Todo era
muy divertido y alegre, y Mara y su familia daban una vuelta viendo los
distintos puestos. Hasta que Sofía salió disparada hacía un pequeño tenderete
de llaves antiguas, todas parecían iguales, pero, sin embargo, a Sofía le
entusiasmó una.
-¡Me
encanta esa llave!- exclamó- Quedaría genial en el collar de Mara, ¡si hasta
queda bien con su pelo!
Celia y
Ángel no tuvieron más remedio que comprarla, y, acto seguido se la entregaron
a Sofía para que fuese ella la que se la colocara. Pero después, mientras Sofía
cumplía su deseo, los demás se alejaban. Por eso, estaba sola cuando Mara
ladró y mágicamente Sofía gritó: -Pero… ¡No puede ser Mara, te entiendo! Has
dicho que la llave te encanta.
-¿Cómo
puede ser?, nunca nadie me había entendido cuando ladraba- ladró Mara con
mucho desparpajo.
-¡La llave!
Hemos comprado una llave mágica. A partir de ahora, ¡te podré entender siempre
y hablaremos animadamente! Vamos a probar a que ladres delante de David, así
probamos si la llave funciona con todo el mundo o solo conmigo porque soy yo
quién te la ha puesto.
Después de
su pequeña charla, fueron corriendo hacía donde estaban Celia y Ángel, que
llevaban rato buscándolas. Cuando el pequeño David se acercó a Mara y esta
ladró ni se inmutó.
-¿Notas
algo extraño en Mara? ¿La entiendes o algo parecido?- preguntó con una mal
fingida indiferencia Sofía.
David
respondió con un no rotundo, así que no cabía duda de que la hipótesis de Sofía
era cierta.
CAPÍTULO 2:
El castillo
Ángel y
Celia nos comunicaron que íbamos a realizar una excursión por el castillo de
Astorga, además mientras nadie las observaba Mara y Sofía intercambiaban
algunas que otras palabras.
Justamente
estaban hablando sobre la llave mágica y sobre si tendría más poderes cuando
los padres les dijeron a sus hijos que podían ir a explorar el castillo ellos
solos. En cuanto la perra y su dueña se enteraron, echaron a correr por un
pasillo para que David no las siguiera y pudiera descubrir que Sofía “hablaba
sola”.
Vieron
bastantes salas, ya que el castillo era inmensamente grande y con unas torres
altísimas. Caminaban por un pasillo bien ancho, cuando vieron una valla en el
lado derecho. Dentro no había nada, solo una pequeña estancia con una pared al
fondo, pero a Mara le pareció ver un pequeño ojo de cerradura en la pared.
-Ahí hay un
ojo de cerradura, y… ¡al lado el dibujo de una llave!- comentó Mara.
-Es normal
que haya un dibujo al lado, eso debió pertenecer a un pasadizo secreto en la
Edad Media- respondió Sofía.
-Pero aquel
dibujo se refiere a nuestra llave, ¿es que no ves que es igual? ¿Por qué no
investigar?
-Es cierto,
¡investiguemos!, saltaré la valla y después te abriré la puerta para que pases-
dijo con gran júbilo Sofía.
Siguieron el
sencillo plan y cuando se acercaron a la pared, las dos supieron lo que hacer.
Sofía le quitó la llave a Mara, la introdujo en el ojo de cerradura, la giró y
se abrió una puerta por la que pasaron sin ningún miedo. Entonces…
CAPÍTULO 3:
Un extraordinario viaje
Todo se
volvió negro y sintieron como si viajaran de algún modo a un sitio totalmente
desconocido.
Aparecieron
en una habitación de la realeza, con una cama gigantesca y un gran dosel,
también había un armario marrón y a su lado un tocador.
-¿Dónde
estamos?- preguntó con un miedo mal disimulado Sofía.
-Me parece
que hemos viajado… ¡¡¡¡Al pasado!!!!- contestó Mara.
En ese mismo
instante apareció por la puerta una bella niña más o menos de la misma edad que
Sofía y detrás de ella una perra bretona como Mara. Ni vieron ni escucharon a
las viajeras del tiempo. A lo mejor era porque no podían sentirlas, de algún
modo eran invisibles para la gente del pasado.
-Mira Mara,
son como nosotras. Solo que no se entienden entre sí.
-En
realidad, ¡si que lo hacen!, mira el collar de la perra.
Mara llevaba
toda la razón, si se podían entender porque la perra del pasado llevaba en el
collar la misma llave solo que más nueva.
Entonces,
mientras que la niña extraña se retocaba en el tocador, Sofía le señala a Mara
la espalda de la muchacha sentada en el tocador. Lleva un vestido escotado y se
le ve una mancha de nacimiento con forma de media luna igualita a la que tiene
Sofía.
-¿Cómo puede
ser que tengamos la misma mancha de nacimiento?- inquirió Sofía.
-Tal vez
seamos parientes lejanos de ella- aventuró Mara- ¿Por qué no?, imagínate que la
llave ahora la tenemos nosotras porque ellas, nuestras antepasadas nos la
legaron.
Sofía se
sorprendió tanto que se puso a gritar que venía de la realeza, puesto que la
muchacha tenía una habitación propia.
Pero ahora
tenían que pensar en como iban a salir del pasado, pues allí no parecía que
hubiera una pared por la que pasar y viajar en el tiempo.
-Pensemos,
si vinimos aquí por un ojo de cerradura en la pared, a lo mejor tenemos que
buscar un ojo de cerradura en una pared- reflexionó Sofía.
Inmediatamente
se pusieron a buscar con cuidado e las paredes, a observarlas y a toquetearlas.
Y, cinco minutos después Mara encontró el ojo de la cerradura debajo de la
cama.
Por raro que
parezca se metieron las dos debajo de la cama, Sofía le quitó la llave a Mara
del collar y la giró una vez y adentro del ojo de la cerradura. Pero durante
unos pequeños instantes no pasó nada y las dos se asustaron un poco, hasta que
una voz comenzó a hablarles.
Habéis descubierto quién eran
vuestros antepasados, habéis conseguido la llave que os dejaron, habéis
conseguido viajar al pasado, pero no habéis conseguido regresar presente amado.
Para regresar debéis adivinar el
acertijo que se os planteará:
Todos pasan por mí, yo
nunca paso por nadie. Todos preguntan por mí, yo nunca pregunto por nadie.
¿Sabéis lo que es? Porque sino de
aquí no os marcharéis.
Mara y Sofía
no tenían ni idea así que no contestaron, pensaron y pensaron y finalmente
dieron con una hipótesis.
-A ver, todos
pasan por ahí, pero él o ella nunca pasa por nadie, así que eso significará que
está fijo en un sitio - pensó Sofía- Todos preguntan por él o ella, será algo
por lo que siempre preguntemos y que pasemos. Mmm.
-Tal vez,
¡¡¡¡la calle!!!!
La adivinanza habéis acertado, así
que aquí se termina vuestro viaje al pasado.
Entonces
Sofía y Mara aparecieron enfrente de la verja que daba a la puerta del tiempo.
Estaban patidifusas y perplejas por todo lo que les había pasado, pero aún así
no habían olvidado que tenían que volver con Ángel y Celia, ¡pues habían estado
demasiado tiempo fuera!
Cuando
llegaron con ellos, sorprendentemente no regañaron a Sofía por llegar después,
¡al contrario!, la felicitaron por estar a la hora. Y es que… ahora lo
entendía, el tiempo que habían pasado en el pasado equivalía a cinco minutos en
el presente.
Estaban ya
en casa, y desde el viaje en el tiempo Sofía y Mara solo habían intercambiado
muchas miradas cómplices. Las dos sabían bien que la aventura continuaría…
Además he recibido un premio municipal por él. ¡Hasta al próxima!
¡Hola Lucía! Feliz día del libro y felicidades por tu nuevo relato. Un abrazo.
ResponderEliminarLucía, felicidades por el premio! He leído el cuento y me ha encantado. Cuanta imaginación que tienes! Estaré pendiente de la continuación del relato de Mara y Sofía. Hadta pronto.
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